Su lema es “querer es poder”. Teresa Perales es la Michael
Phelps del deporte paraolímpico. A la edad de 19 años, Teresa Perales contrajo
una tuberculosis que le provocó una neuropatía que le hizo perder la movilidad
de las piernas. Sin embargo, este suceso, sorprendentemente, no marcó un antes
y un después en su vida.
Era "bastante parecida" a como es en la actualidad. Lo que si que fue un punto y aparte en su vida fue la pérdida de su padre cuando ella solo tenía 15 años. “No puedes hacer nada para cambiarlo. Pero la silla no me ha impedido hacer las cosas que he querido. Tampoco le he dejado y, de alguna forma, se ha convertido en mi compañera de viaje. Sin la silla no habría sido capaz de salir a la calle", explica.
Era "bastante parecida" a como es en la actualidad. Lo que si que fue un punto y aparte en su vida fue la pérdida de su padre cuando ella solo tenía 15 años. “No puedes hacer nada para cambiarlo. Pero la silla no me ha impedido hacer las cosas que he querido. Tampoco le he dejado y, de alguna forma, se ha convertido en mi compañera de viaje. Sin la silla no habría sido capaz de salir a la calle", explica.
Las 22 medallas olímpicas de esta deportista zaragozana
constituyen un hito en el mundo de la natación paraolímpica. A sus 37 años
parece anecdótico recordar que siempre practicó deporte pero nunca destacó en ninguno y nadar no le
gustaba. Cuando sus padres la apuntaron a natación ella siempre decía que le “dolía
la cabeza o la tripa. Odiaba nadar” porque era un deporte que requería mucho
esfuerzo y era “antinatural porque tienes que controlar la respiración y
coordinar demasiados elementos".
Reconoce que cuando
te pasa algo así “no te planteas que lo que te ha sucedido sea para siempre”.
Poco a poco se mentalizó de que la silla de ruedas formaría parte de ella toda
su vida y la natación tuvo mucho que ver en ello. Abandonó el firme para
convertir el agua en el medio donde se podía mover con soltura, en el que podía
mirar a los demás a la misma altura. “Tenía a compañeros que estaban mejor o
peor que yo, pero, sobre todo, que no daban ninguna importancia a la
discapacidad. Y entonces, dejé de dársela yo".
Al contrario de lo
que piensa su familia, Teresa Perales mantiene una actitud positiva frente a la
vida que le ha tocado vivir y no busca “culpables” de su situación. "Soy
creyente. Y siempre pienso que las cosas pasan por algo. Si no hubiera estado en
silla, a lo mejor no habría conocido a mi marido. Y seguro que no habría tenido
a mi hijo ni conocido a gente maravillosa de la que he aprendido tantas cosas.
Y eso, no lo cambiaría por nada del mundo", reconoce Teresa.
Teresa Perales es una mujer de armas tomar. Ha participado
en política junto al grupo político PAR, aunque admite que actualmente es un
capítulo cerrado de su vida. Ingresó en política por vocación de servicio, por
ayudar a los demás. También ha escrito una autobiografía llamada “Mi vida sobre
ruedas” con la ayuda de su marido, el periodista aragonés Mariano Menor, donde
cuenta su “tragedia” en forma de comedia, una oda a la vida. Y su trayectoria
profesional se traslada también a la universidad donde impartió durante dos
años la asignatura de Fisioterapia en el deporte paraolímpico.
En definitiva, una mujer con una actitud vital positiva. Un
modelo de adaptación a seguir. En Londres 2012 fue la abanderada de la
delegación española en la ceremonia inaugural. En su día a día abandera una sonrisa
que constituye ya una seña de identidad.
Alicia Gracia.
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