REPORTAJE
Si la historia de Perico Fernández nos
muestra una de las caras mas amargas del boxeo, la de su compañero y amigo
Jose Antonio López Bueno nos hace ver que el noble arte no sólo esta lleno de
relatos con final triste.
En 1974, mismo año en el que Pedro ganaba su primer campeonato del mundo, nació el que estaría llamado a ser su
sucesor, Jose Antonio Lopez Bueno.
Criado en el barrio de Torrero, comenzó a
boxear desde muy pequeño, y con tan sólo 15 años debutó como amateur. A pesar de iniciar su carrera con derrota, el
joven púgil no bajó los brazos y tan solo un año después se alzaba con el
bronce en su primer campeonato de España.
Lopez Bueno empieza así a
destacar y a ganar los títulos que hasta el momento se le habían resistido. De
esta manera, se corona campeón de España por primera vez en Oviedo, y por
segunda en Benidorm.
En ese momento decide dar el salto a profesional,
debutando en 1994 frente su primer gran rival, Juan Carlos Díaz Quesada. El
combate se saldo con victoria a los puntos del aragonés, entrando con mejor pie
en esta categoría que en amateur. Sin embargo, después de esta victoria sus
siguientes peleas fueron muy irregulares, llegando a tener una mala racha de tres derrotas consecutivas. Por
primera vez desde que había debutado en la categoría reina, las cualidades del
boxeador maño se ponían en duda. Pero si algo ha caracterizado al zaragozano es
su espíritu de lucha, zanjando cualquier duda existente tras varias victorias
seguidas. Quienes le cuestionaban ya veían en él una nueva esperanza
del boxeo aragonés.
El 14 de noviembre de 1997, en La
Linea de la Concepción (Cádiz), se vuelve a enfrentar
a Díaz Quesada, pero esta vez, es el campeonato del mundo hispano lo
que está en juego. Tras un primer asalto de tanteo en el que ambos púgiles
trataron de medirse, el joven de Torrero lanzó una gran combinación mandando al madrileño a la habitación del sueño. Dos asaltos fueron suficientes. Lopez
Bueno se alzaba campeón hispano del peso mínimo.
Este hecho le supuso una inyección de
moral volviéndose intratable en el cuadrilátero Los títulos empezaron a llegar
con la misma velocidad con la que tumbaba a sus rivales: campeón de España al vencer
por K.O en el primer asalto a Jose Ramón Bartolomé; defensas del titulo
nacional ante Quesada y Julián Gómez; campeón Latino de la WBO tras knockear a
Luis Ángel Castellano; y K.O en el
tercero a David Cadwell proclamándose campeón de la CBA. Pero lo mejor aun estaba
por llegar.
El 23 de abril de 1999, disputó el
campeonato mundial de la WBO frente al mexicano Ruben Sánchez en la ciudad que
lo vio nacer. El Pabellón Príncipe Felipe presentaba una entrada espectacular.
Más de 10 000 aficionados del pugilismo se reunieron para ver al peleador de su
tierra proclamarse campeón mundial del peso mosca. En el tercer asalto, Lopez
Bueno mandaba al azteca a la lona, venciendo por K.O y logrando el título más
importante de toda su carrera. No podía existir mejor escenario para ello. El
recinto gritaba su nombre, la capital aragonesa volvía a tener un campeón del
mundo. La trayectoria profesional de
Jose Antonio había alcanzado su cumbre.
Los años que siguieron al combate
celebrado en Zaragoza estuvieron llenos de éxitos, pero también de derrotas que poco a poco le fueron alejando del ring.
El 8 de Mayo de 2010, en el Palacio de
los Deportes de la capital aragonesa, dice el adiós definitivo. En la velada se dieron cita grandes nombres del boxeo español para despedir a quien quizás ha sido el mejor peleador que ha dado Aragón a la
historia de este deporte. Con una camiseta del Real Zaragoza con su nombre en la
espalda, López Bueno saludaba a los espectadores que coreaban ¡campeón!.
Actualmente se dedica a enseñar a
jóvenes promesas en el gimnasio Seul. Pero Jose Antonio no solo tiene de bueno
el apellido. Aparte de su faceta como entrenador, dedica su tiempo a varios proyectos caritativos. Entre ellos destacan las veladas Boxeo y Solidaridad, cuyos beneficios van
destinados a las organizaciones benéficas culturales o deportivas que más lo precisan. Además, colaboró en la Gala de Homenaje a su amigo Perico Fernández, vendiendo guantes firmados para
destinar las ganancias a mejorar la situación del mismo.
Dos boxeadores aragoneses, dos
campeones del mundo, dos caras totalmente opuestas. Mientras que un Perico
Fernández pasa sus horas más bajas teniendo que dormir en la cama del club de
alterne Crazy Horse; a pocos metros, en la misma calle, Jose Antonio Lopez
Bueno compagina la labor de entrenador con la de hostelero en el
bar Bataclán los fines de semana.
Es curioso como en una misma calle, Francisco
Vitoria, a una distancia mínima entre ambos locales, podemos ver la cara más
dulce y la cara más amarga de un deporte que vio como dos zaragozanos se convertían en campeones del mundo.
Recomiendo ver el combate que lo enfrento ante Damaen Kelly, con el título europeo en juego: Jose Antonio López Bueno vs. Damaen Kelly
Texto: Nacho Enjuto Sahún
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