OPINIÓN
La situación actual ha provocado
que las cifras del paro y los conflictos laborales sean uno de los temas clave
en cualquier tertulia radiofónica. Y al hilo de ello pueden oírse decenas de recetas
y consejos contra el desempleo: hay que estar preparado, dominar varios
idiomas, saber trabajar en equipo, ser responsables, organizados, originales y
creativos -como si la creatividad se comprara en el quiosco de la esquina- y un
sinfín más de cualidades. Hay que convertirse en el Supermán – o Superwoman-
de los empleados. Es como si en unos Juegos Olímpicos tuvieras que presentarte
a todas las pruebas.
Se echa en falta oír otro tipo de
ideas; por ejemplo, las alternativas al trabajo por cuenta ajena que tienen las
personas en paro o trabajadores cuya empresa atraviesa dificultades. Cuando
aparece algún caso novedoso de gestión laboral se trata en los medios de
comunicación como algo tan difícil de conseguir que desanima a cualquiera
dispuesto a intentarlo. Por ello, es una buena noticia enterarse de que la
cooperativa que quiere presentarse al concurso para la contrata del autobús
urbano de Zaragoza cuenta ya con 300 socios.
La idea de formar una cooperativa
se originó a partir del CUT, el sindicato mayoritario de la empresa Tuzsa - la
actual beneficiaria de la explotación-. La plantilla de Tuzsa es de 1200
trabajadores y el 25% de ellos ha decidido hacerse socio de la cooperativa; competirán
así en el concurso con la empresa a la que pertenecen.
Aunque algunas voces se habían
alzado pidiendo la municipalización del servicio de transporte urbano, el
Ayuntamiento de Zaragoza descarta esa opción. Los partidarios de la
municipalización destacan el ahorro de dinero público y la mejora de la calidad.
Con esta posibilidad fuera del tablero, la creación de una cooperativa
gestionada por los propios trabajadores trae un soplo de aire fresco.
Oficina de Tuzsa |
Los empleados de Tuzsa han
recurrido a numerosas huelgas como forma de protesta por la mejora de sus
condiciones laborales; la empresa no garantiza sus puestos de trabajo en un
futuro y sus sueldos han peligrado en varias ocasiones. Según el Comité de
Empresa de Tuzsa, la puesta en marcha definitiva del tranvía supondrá el
recorte de 11 líneas y la supresión de tres; a pesar de ello, la cooperativa
pretende mantener los 1200 puestos de trabajo.
Como en casi todos los casos en
los que las intenciones son buenas, van a tenerlo complicado. No solo por que
compiten en desigualdad de recursos con una multinacional que ha gestionado
siempre el servicio de transporte urbano, sino por otro tipo de problemas más
prácticos. La oferta que se presente al concurso público debe estar acompañada
por un aval de 8 millones de euros y son los socios los que deben aportar esa
cantidad. Aunque desde el Comité de Empresa han comunicado que cuentan con
varias entidades bancarias dispuestas a facilitarles el crédito, se trata de un
desembolso que hay que tener en cuenta. Además, la cooperativa va a recurrir el
pliego de condiciones del concurso por que asegura que favorece a Tuzsa, por lo
que parten en desigualdad de condiciones.
El tiempo dirá quién gana la
partida. Al menos nadie podrá decirles a los trabajadores que no lo intentaron:
ofrecen una alternativa. Ojalá hiciéramos entre todos que cundiera el ejemplo.
Texto: Mila Herrera
Fotos: Tuzsa
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