OPINIÓN
Los zaragozanos, como el
resto de los españoles, viven azotados por una ola de recortes sociales, pagos
y despidos que arañan más que el cierzo al que están acostumbrados. En este
caso, saben que el cierzo tiene una razón de ser mientras que los continuos vapuleos gubernamentales no. Los zaragozanos, hartos de oír, que mal está la
cosa…ya no saben lo que hacer. Y a pesar de las noticias, los recortes y las
continuas subidas de tasas, en estos días, llenan los centros comerciales que en
esta ciudad son abundantes y significativos.
Las grandes superficies comerciales
son uno de los principales lugares de ocio para los zaragozanos y una fuente de
dinero para los empresarios. Aquí el
concepto del gasto para dinamizar la economía está más que aprendido y por ello
podemos alardear de que en tiempo de crisis inauguramos el centro comercial más
grande de toda Europa. A PLAZA, que hasta ahora era el mayor centro comercial
de toda la comunidad, le ha salido competencia. En su primera semana de
apertura, Puerto Venecia recibió más de un millón de visitas. Un maxi centro
comercial, o como denominan su creadores un “Shopping Resort”, que cuenta con
una extensión de 230.800 metros cuadrados, o lo que es lo mismo 28 estadios de
futbol.
Lo de ir al campo a pasar el domingo al aire libre ya no se lleva, y
por ello Puerto Venecia cuenta con seis zonas de ocio. Un lago navegable de una
hectárea que se convierte en una pista de hielo en invierno, un impresionante
circuito de aventura de más de 1.000 metros o una ola de surf artificial son
algunas de las humildes opciones de ocio para pasar la tarde del domingo en familia. El proyecto les ha supuesto 400.000 millones de
euros a la promotora inmobiliaria British Land y al fondo Orion Capital,
responsables de tan ambicioso proyecto. La buena aceptación de los zaragozanos les
han permitido estimar unas 20 millones
de visitas anuales a partir de 2013. Así
es, no hace falta salir de casa para darnos cuenta de que el mundo está lleno
de contradicciones.
En fin, mientras los zaragozanos tengan para gastar, bienvenido
sea este gigante comercial que ha creado hasta ahora 4.000 puestos de trabajo. Aunque
no creo que ello alivie la situación de los
miles de zaragozanos que están bajo expediente de regulación de empleo, de aquellos
que ni a eso pueden aferrarse o de los que acumulan másteres y titulaciones
superiores para no echarse a llorar.
El descontento social, que
ha hecho que en un año se hayan triplicado las manifestaciones en Aragón, es un
síntoma claro de la desesperación de unos ciudadanos que ya no saben qué hacer
para que sus representantes políticos miren
por ellos.
En unos días la parafernalia
navideña pasará y los ánimos volverán a
estar caldeados. Esperemos que pase pronto esta ventrisca de rabia e impotencia
y que vuelva pronto nuestro habitual cierzo.
María Fernández
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